XEROJARDINERÍA NECESIDADES HÍDRICAS DE LAS PLANTAS
XEROJARDINERÍA
El concepto de la xerojardinería engloba todas estas buenas prácticas encaminadas al uso racional del agua en la jardinería. También se conoce con el concepto de “Jardinería de bajo consumo” y vino de Estados Unidos en los años 80, como resultado de unas importantes sequías que se dieron en los 70. A España llegó en los 90, también después de unas sequias que afectaron a gran parte de la Península.
NECESIDADES HÍDRICAS DE LAS PLANTAS
Las plantas necesitan el hidrógeno y el nitrógeno que contiene el agua, aunque también necesitan respirar, incluso por las raíces, por lo que no es bueno encharcarlas y conviene comprobar su necesidad de ser regadas en lugar de regar con arreglo a fechas prefijadas en un calendario.
La planta evapora el agua que ha ascendido a las hojas para refrigerarse, a través de los estomas. Esta transpiración es más intensa cuando hay luz que en la oscuridad, y también es mayor cuando la planta está creciendo, o en periodo vegetativo y menor cuando está en reposo, como el invierno, entonces resiste mejor la sequedad y hasta hay plantas que en estado de reposo están mejor secas.
Son síntomas de que la planta necesita agua que la planta se agoste, decae su porte y sus hojas se marchitan y caen. Por exceso de agua, caen las flores y los brotes, el exceso de agua nunca favorece la formación de flor, aunque la planta de flor agradezca los ambientes húmedos. Y las hojas jóvenes crecen pequeñas y de color oscuro, mientras que las viejas o maduras se quedan flácidas. La necrosis en los brotes terminales y la aparición de hongos en los tallos son síntomas que no tienen nada que ver con la necesidad de riego de la planta.
Si regásemos demasiado, un suelo encharcado o arcilloso ocasionaría pudrición de la planta, y el suelo necesitaría que añadiésemos más materia orgánica. �
El mejor agua de riego para las plantas es el agua de lluvia, no tiene aditivos como cloro, restos de abonados, ni sales disueltas como las de manantiales. El uso de aguas residuales para riego, exige que estas sean tratadas convenientemente para evitar un grave riesgo de transmisión de enfermedades.
Como referencia de frecuencia de riego, desde junio a mediados de septiembre se debe regar a diario, reduciendo en otoño a 2 veces por semana y todavía menos frecuencia en invierno en función de las lluvias, para volver a reactivar en primavera, de marzo a mayo, regando en días alternos.
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